A partir de ese momento el drama se desarrolla en ese interior, los cuatro personajes, sumidos en el terror, no logran comunicarse, pues el idioma, los separa. Los soldados argentinos, son jóvenes correntinos que estaban cumpliendo el servicio militar obligatorio cuando fueron convocados para ir a la guerra, y su estado es desesperado, luego de los padecimientos sufridos en medio de ese clima que para ellos es casi peor que el enemigo, y los maltratos de sus superiores, entre ellos el sargento Medina (Patricio Contreras).
El compañero de Gurí muy malherido, muere en la casa, y su amigo intentará a toda costa cumplir con la promesa que le hiciera en caso que la muerte sobreviniera, llevarlo de vuelta a Corrientes. Así es que se niega a abandonar su cadáver y lo carga como un bulto permanentemente en cada intento por salir del lugar.
Mientras transcurre la historia, la situación se va modificando, y el demencial dominio que el soldado ejerce por medio de su arma, se va trocando, hasta que el dominado, por una situación que lo supera, es él.
De este modo, esa mujer enigmática y el niño que aparecen como simples kelpers, terminan adquiriendo su real significación, el de La Muerte y su ángel, con los que conviven sus últimas horas de vida los dos combatientes correntinos.
La película recurre permanentemente a la memoria y al imaginario, mostrando escenas de su vida familiar en Corrientes, junto a su padre (Edgardo Nievas), episodios de la guerra por ellos vividos, y una tercera línea de desarrollo argumental, que ubica la acción en 1854, en la guerra de Crimea, en la que la Real Fuerza Armada Británica sufre enormes pérdidas contra el ejército de Nicolás I de Rusia, emergiendo de ella un personaje emblemático de la historia, Florence Nigthingale (Simone Yenkinson), decana de las enfermeras del mundo.
Ella es el nexo con la actualidad, en su imaginario encuentro con la muerte. Ambas guerras se relacionan por elementos adversos que nada tiene que ver con la lucha misma. En el pasado, es la falta de medicinas la que diezma a los soldados ingleses, en el presente, será el clima y la falta de suministros la que erosiona a los combatientes argentinos.

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